Balsa muisca representativa de la orfebrería precolombina. También los zenú y panzenú de Tolú fueron grandes orfebres. |
1. Tolú precolombino
En Julio de 1535 Alonso de Heredia llegó a tomar posesión de Tolú, más no a fundarlo, en atención a que Tolú es precolombino; es decir, existía desde siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón. Era la cuidad más importante de la provincia de CATARRAPA (litoral de Tolú hacia el sur), que junto a la provincia de MEXION (San Andrés de sotavento, Chinú y Sincé) pertenecían al cacicazgo principal del reino PANZENÚ de JEGÚ–A, su capital. La influencia de la provincia CATARRAPA se diluía en límites imprecisos con los de la nacion Kalamary Yurbacos entre los arroyos Macaján-Mancomoján y la ciénaga de lo que hoy es Marialabaja.
JEGÚ (rio San Jorge) y su capital JEGUA (hoy corregimiento de San Benito Abad, Sucre), era la sede norteña del reino pues al sur se encontraba otra en decadencia: YAPÉ ( Ayapel). En TOLÚ los sorprendidos fueron los españoles: Encontraron un pueblo bien alimentado y en convivencia pacífica; de calles limpias y bien trazadas en forma de triángulos o estrellas; patios cultivados de frutales y verduras y llenos de tumbas con objetos de oro, pues en ellos acostumbraban enterrar a sus muertos.
Si bien el saqueo inicial de Tolú no estuvo exento de violencia, tampoco revistió el cruel dramatismo que sufrieron los pobladores de Calamary (Cartagena) y sus villas vecinas, a las cuales llegó don Pedro de Heredia con ansia desmedida. Desafortunadamente para don Pedro, se encontró con la heroica resistencia de los indios Yurbaco (de Turbaco) quienes en defensa de sus familias y territorios no duraron en propiciarle derrotas, emboscadas y muchos dolores de cabeza hasta el punto de casi lograr envenenarlo. Y aparte de ello alertaron al resto de los pobladores de la región. De esta manera cuando Alonso de Heredia llegó, el cacique Tolú se las ingenió para mitigar la violencia y se esmeró en mostrarles las tumbas con menos oro.
Para los momentos en que se iniciaba la conquista del San Jorge, los panzenúes, pacíficos y filantrópicos, y comandados por BUHBA, habían aceptado y asimilado una oleada de malebúes provenientes del rio Cariguaño (Magdalena). Ellos le llevaron noticias de la llegada violenta de los españoles y comenzaron a preparar la defensa y a ocultarles la ubicación de JEGUA por cuanto que además de sede del cacique mayor, su centro religioso contenía gran cantidad de oro. La amenaza eran los hombres de Pedro de Heredia quienes desde 1534 habían sido repelidos con relativo éxito por los caciques Mompós y Tamalameque en el Banco. Pero no contaban con el asedio de Alonso de Heredia, hermano de Pedro, en 1.536, procedente de TOLÚ. En Jegua BUHBA había muerto y los jeguanos elegían como cacique al Gran GULEY cuando ya Alonso de Heredia pisaba sus goteras. Orlando Fals Borda en la página 38 del tomo 3 de la resistencia en el San Jorge, de su obra Historia doble de la costa y basado en documentos de 1761 del Archivo General de la Nación, cuenta cómo Guley al no poder enfrentar las mortíferas armas españolas optó por hacerle a Alonso de Heredia un recibimiento ceremonial a fin de evitar un inútil derramamiento de sangre. Mas tarde los jeguanos espetarían a los españoles que ellos, efectivamente, no fueron conquistados sino ofrecidos, con lo cual obtuvieron algunas clemencias y no pocas mercedes. De esta manera se produjo una “alianza” entre los Heredia y el gran Guley.
Es el mismo Alonso de Heredia quien relata -en documentos que aún reposan en el archivo de Indias en Sevilla, (Donaldo Bossa Herazo y Fals Borda), el ceremonial de bienvenida: El conquistador de inmediato reclama una doncella y al regreso de la faena exclama. ““ pero si no está virgen”. Guley le explica: “Aquí las madres desfloran con el dedo a sus hijas pequeñas para que más tarde no sientan dolor. ¿Por qué han de sufrir en el gozo?. Pero si así lo prefiere haré venir unos mancebos virgos””.
“Horror! Es el diablo el que hace pecar a estos simpáticos paganos” exclama Heredia.
En relatos posteriores describe cierta camaradería cómplice entre sus propios subordinados y los mancebos ofrecidos.
LOS ZENÚ ?
Dejemos que sea MARTA HERRERA ANGEL quien nos ilustre:
(Politóloga, Universidad de los Andes. Candidata al Máster en Historia, Universidad Nacional de
Colombia.)
Por: Marta Herrera Angel
LOS ZENÚ ?
Dejemos que sea MARTA HERRERA ANGEL quien nos ilustre:
(Politóloga, Universidad de los Andes. Candidata al Máster en Historia, Universidad Nacional de
Colombia.)
Por: Marta Herrera Angel
Al sur de Cartagena se
extendía el territorio de los zenúes, el cual se dividía en tres
señoríos: Finzenú, Panzenú y Zenufana, que dominaban las hoyas de
los ríos Sinú, San Jorge, bajo Cauca y Nechí. Esta división del
territorio se había originado tiempo atrás, cuando gobernaron durante
mucho tiempo tres señores, de los cuales el más importante era
Zenufana. Este señor tenía el control del área donde se pobló
Zaragoza y parte de las riberas del río Cauca, hasta las sabanas de
Aburra, que eran las tierras más ricas. En el Finzenú, ubicado
treinta leguas al sur de Cartagena, en la hoya del río Sinú, gobernaba
su hermana, a quien Zenufana quería que todos los vasallos le
rindieran gran pleitesía. Por este motivo ordenó que los señores más
importantes de los tres señoríos hicieran sus sepulturas en
Finzenú, que adquirió gran importancia como centro ceremonial. Por su
parte, Panzenú gobernaba en la hoya del río San Jorge, cuya área
inundable fue adecuada con extensos sistemas de drenaje en los
primeros siglos de nuestra era, los cuales permitían el permanente
aprovechamiento de los suelos para la agricultura, así como la
supervivencia de una rica fauna acuática. La tradición instaurada por
estos gobernantes se continuó hasta la llegada de los españoles, de
tal forma que el territorio de Finzenú seguía siendo gobernado por
una mujer, que mantenía una gran preeminencia política y religiosa y
en cuyo territorio se sepultaba a los dirigentes más importantes de
los zenúes. (Tomado de: Revista Credencial Historia. edición 44 de Agosto de 1.993)
Origen del nombre de Tolú
Las lenguas zenúes se perdieron relativamente pronto en menos de ciento cincuenta años siguientes a la llegada de los conquistadores. Prácticamente fueron silenciados y obligados a utilizar el idioma de Castilla. Igual sucedió con los nombres originales de los pueblos precolombinos entre ellos el de Tolú. Según consta (en la obra GEOGRAFÍA HUMANA DE COLOMBIA, REGIÓN ANDINA CENTRAL (TOMO IV, VOLUMEN 3) de varios autores BANCO DE LA REPUBLICA) “Los pueblos que hacían parte de cada una de las encomiendas recibieron los nombres de los caciques directamente responsables de la entrega de los tributos a los españoles. Tales son los casos de TOLU, MOMPOX Y TAMALAMEQUE , entre otros, dispuestos por los mismos hermanos Heredia".
1. Tolú en la colonia
Lo que se ha llamado fundación para la primera etapa de conquista, se limitaba a tomar posesión por la fuerza, saquear el oro, determinar un lugar para construir iglesia, efectuar las mediciones para establecer las tierras de ejidos para los ganados de todos y dejar encargados con armas y caballos para esquilmar a los nativos.
Las fundaciones se darían más tarde con la llegada masiva de españoles y sus noveles sistemas de encomiendas, mitas y resguardos. Una vez conquistado el territorio comenzaba la colonia y en esta otra etapa TOLÚ entra de nuevo a jugar un papel de primerísima importancia. Primero se establecen conventos de franciscanos y agustinos. Tolú se convierte, durante casi tres siglos, en cabeza de sabanas en virtud del cabildo allí erigido por autoridad de la corona. Tolú autorizó las fundaciones de los pueblos de la sabana, comenzando por SINCELEJO, dispuesta en la merced que en 1.774 el cabildo le otorgó a Francisco de la Torre y Miranda para fundar Sincelejo, Corozal, Chinú y hasta el mismo San Andrés de Sotavento, otrora cabeza de la provincia zenú de MEXIÓN con sus villas de influencia y muchas otras poblaciones. (43 en total)
Las fundaciones se darían más tarde con la llegada masiva de españoles y sus noveles sistemas de encomiendas, mitas y resguardos. Una vez conquistado el territorio comenzaba la colonia y en esta otra etapa TOLÚ entra de nuevo a jugar un papel de primerísima importancia. Primero se establecen conventos de franciscanos y agustinos. Tolú se convierte, durante casi tres siglos, en cabeza de sabanas en virtud del cabildo allí erigido por autoridad de la corona. Tolú autorizó las fundaciones de los pueblos de la sabana, comenzando por SINCELEJO, dispuesta en la merced que en 1.774 el cabildo le otorgó a Francisco de la Torre y Miranda para fundar Sincelejo, Corozal, Chinú y hasta el mismo San Andrés de Sotavento, otrora cabeza de la provincia zenú de MEXIÓN con sus villas de influencia y muchas otras poblaciones. (43 en total)